INTRINCADOS, PERO FÁCILES, CAMINOS HACIA LA FELICIDAD
Ya sabemos que el dinero no da la felicidad. Tampoco una gran mansión con piscina, ni un gran coche con sofisticados sistemas centralizados. Tan siquiera un viaje de lujo a la isla perdida más remota del mundo, aunque según los estudios que os presenté en la entrada anterior, seguramente el viaje produciría más dopamina (hormona) y una sensación más placentera.
¿Pero felicidad? ¡FELICIDAD NO! La sensación o emoción de felicidad está en nuestras manos y solamente depende de cada uno de nosotros y de donde la busquemos. Depende de como nos movemos, subimos y bajamos por nuestra escalera de caracol.
Cuanto más trates de conseguirla como si de un objeto u objetivo se tratase, peor será, pues ya sabes que un "adiós" a las necesidades absolutistas, va a ayudarte a subir escalones.
Y es que la felicidad depende de las cosas que no se ven, de nuestros sentimientos, de nuestras emociones, de nuestro estado de ánimo, de nuestros sueños, de nuestros objetivos, de nuestros logros, de nuestras metas, de nuestra conciencia, de la satisfacción personal por lo realizado… en definitiva, la felicidad dependerá de nuestra actitud frente a la vida.