¿Qué es el Pensamiento Positivo?
La tradición del pensamiento positivo se basa en tres principios fundamentales (Béjar, 2014):
Mantiene que la felicidad es un don supremo.
Defiende que nuestros problemas tienen causas psicológicas, dejando de lado los factores sociales, culturales, políticos o económicos.
Sostiene que los problemas son tratables y se pueden solucionar a través del pensamiento positivo.
Es decir, anima a pensar que no hay nada malo en el sistema y que lo que está mal tiene que ver con la actitud personal de cada uno/a. Esto puede hacer que te sientas mal no solo por lo que te pasa, sino también por no sentirte bien.
Pero, ¿es esto también Psicología Positiva?
Diferencias entre Pensamiento Positivo y Psicología Positiva
La Psicología Positiva pone el foco en nuestros recursos personales, en las fortalezas, las emociones positivas o el sentido vital, pero sin negar jamás el derecho a sentir tristeza, enfado o cualquier otra emoción desagradable.
Es muy importante distinguir que llevar el foco de atención a lo positivo no implica que con esto se consiga cambiar la realidad (como en el pensamiento positivo). Simplemente, se basa en el hecho de que cada situación vital tiene aspectos negativos, neutros y positivos, así como agradables y/o desagradables. La Psicología Positiva pretende hacernos conscientes de lo positivo que ya hay y, a partir de ahí, obtener una visión más completa de la realidad.
No simplifiquemos. La Psicología Positiva busca un enfoque equilibrado donde tienen cabida todas las experiencias humanas, tanto las problemáticas como las que contribuyen al bienestar. Esta es la diferencia fundamental de la Psicología Positiva con la corriente del Pensamiento Positivo.